La rehabilitación energética de edificios, clave para reactivar la economía

En Plena Fase 0 del plan de desescalada, todavía existen muchas incógnitas en cuanto a los planes del Gobierno para reactivar la economía. Las restricciones todavía son duras, pero se irán relajando con el paso de las semanas, estableciendo en el calendario finales de junio como la fecha en la que volveríamos a la “nueva normalidad”. 

Los expertos hacen balance y estiman que España tardará entre 2 y 3 años en recuperarse de la crisis generada por el Covid-19. En base a esta incertidumbre, muchas empresa están poniendo su foco de atención en materia medioambiental como motor para crear empleo y reactivar la economía.

Junto con las alternativas medioambientales, otro sector que también puede ser clave es el de la rehabilitación de infraestructuras. Durante esta crisis, al tener que permanecer tantos días recluidos en casa, quedó en evidencia el deplorable estado de muchas de estas viviendas, por lo que no se descarta que los ciudadanos se planteen reformarlas. El mal estado de las viviendas es debido a que cerca del 60% de ellas fueron construidas antes de 1980, cuando los aislamientos eran deficientes y las medidas orientadas a mejorar la eficiencia energética, escasas.

Aunando la restauración de las viviendas y la apuesta por soluciones más sostenibles, nos encontramos la rehabilitación energética de edificios como un negocio en alza.

¿En qué consiste?

La rehabilitación energética de un edificio consiste en modificar la estructura de una vivienda con el objetivo incrementar su eficiencia energética. De esta manera, se logra reducir su consumo, con las consiguientes ventajas:

  1. Reducir el coste de la factura eléctrica.
  2. Reducir las emisiones de CO2.
  3. Realizar un consumo más responsable de la energía.
  4. Aumentar el valor de la vivienda.
  5. Ganar en calidad de vida y salud.

Primero, se realiza una Auditoría Energética del Edificio para conocer la situación actual de la estructura. Una vez realizada, cada edificio presenta una calificación energética, que se valora con una letra entre la G (menos eficiente) y la A (máxima eficiencia) en función del comportamiento energético del edificio. El resultado obtenido marcará las futuras medidas que se llevarán a cabo.

Escala de calificación energética

¿Es viable?

La clave para salir de cualquier crisis es identificar cuáles son los sectores que presentan mayor potencial para reactivar la economía en cada país.

El planteamiento de centrar la atención en la rehabilitación energética de edificios no es una propuesta realizada al azar. El pasado mes de abril, un grupo de economistas de la Universidad de Oxford (Reino Unido) realizó un estudio en el que se determinaba la capacidad de producción ecológica de cada país bajo el nombre de Índice de Complejidad Verde. Ese estudio aupaba a España como uno de los países con mayor potencial de beneficiarse de una economía verde, gracias a sus proyectos ligados a las energías renovables y a las tecnologías de conservación del agua.

En el contexto actual y con esos datos en la mano, no es descabellado apostar por el sector de la eficiencia energética como medida para crear nuevos puestos de trabajo. De esta manera, no solo se reactivaría la economía en nuestro país, sino que las emisiones de gases de efecto invernadero se reducirían considerablemente, al mismo tiempo que mejoraría la calidad de vida de los ciudadanos.

Actualmente, en Europa ya existe una iniciativa de la Comisión “Renovation Wave” (Ola de Renovación) cuyo objetivo es la recuperación de la economía a través de la rehabilitación energética del parque inmobiliario europeo. A través de estos proyectos, se busca invertir en energías renovables y en sistemas de eficiencia energética, lo que generará millones de puestos de trabajos en el corto plazo. No debemos olvidar que hablamos de sectores que, en muchos países no han tenido un crecimiento tan exponencial, por lo que estos proyectos serían la oportunidad perfecta para, no solo reactivar la industria tras la crisis del Covid-19, sino para comenzar a apostar en serio por estas fuentes de energía alternativas y mejorar su competitividad.