Crisis de microchips: causas, consecuencias, y ¿solución?

¿Has oído hablar de la crisis de microchips? La escasez global de microprocesadores se ha convertido en una crisis. La pandemia de Covid19 ha tenido mucho que ver, pero también han influido otros factores, como por ejemplo, las decisiones políticas de algunos países.

En general, la coincidencia de varias circunstancias, ha dado lugar a grandes parones que han afectado sobre todo a la industria automovilística. Las fábricas están llenas de vehículos que todavía no pueden salir al mercado porque no han sido equipados con microprocesadores.

Pero los chips no sólo se necesitan para los coches, sino que también están presentes en muchos de los objetos electrónicos y dispositivos que utilizamos en nuestro día a día: desde nuestros teléfonos hasta nuestras televisiones, pasando por nuestros ordenadores o consolas. Esto agrava todavía más el problema, ya que agudiza el desequilibrio entre oferta y demanda.

¿Quieres entender mejor la crisis de microprocesadores? Te traemos todas las claves sobre sus causas, consecuencias, y posible solución.

Las causas de la crisis de microchips

  • La pandemia

Sin duda, la pandemia de Covid19 ha sido uno de los grandes motivos para el estallido de esta crisis. Cuando todo esto empezó, las empresas empezaron a prever una gran caída de la facturación, por lo que trataron de reducir sus costes y recortar sus compras (incluidas las compras de microchips). Así es como los pedidos de microprocesadores se redujeron drásticamente, y su producción se empezó a limitar.

Sin embargo, las cuarentenas y los confinamientos alrededor del mundo, provocaron un aumento de la demanda. Al trabajar y consumir entretenimiento desde el hogar, los usuarios comenzaron a incrementar su nivel de pedidos online, especialmente en la sección de electrónica. En cierto modo, la pandemia obligó a la población a «digitalizarse», y esa digitalización requería más microprocesadores.

Por desgracia, los chips no tienen un proceso de producción especialmente fácil, ya que pasan por numerosos ciclos y diferentes tipos de máquinas antes de poder salir a la venta. Muy pocas compañías en el mundo se dedican a la fabricación de microchips, y aquí es donde surge el desajuste en el mercado.

Todo ello sumado a la dificultad en el transporte y movilidad que supuso la pandemia: muchos vuelos o trayectos internacionales se veían ralentizados, pospuestos, cancelados, o conllevaban problemas de acceso al país de destino.

  • Algunas decisiones políticas

La situación geopolítica entre las grandes potencias económicas mundiales, China y Estados Unidos, también es determinante a la hora de explicar el porqué de esta crisis. Y es que el gobierno de Donald Trump puso restricciones al mayor manufacturero chino de microchips (SMIC), complicando la compra de microprocesadores a las compañías de electrónica cuya base está en EEUU, como IBM o Apple.

Estas compañías trataban de contratar con otras fábricas de microprocesadores sobre las que no se hubiera puesto una restricción, pero éstas ya estaban trabajando en la producción a su máxima capacidad, y en muchas ocasiones, por encima de sus posibilidades.

China es uno de los más grandes exportadores de microprocesadores, y Estados Unidos uno de los países más prolíferos en la producción (entre otras cosas por el tamaño de su entramado industrial), por lo que la falta de cooperación entre ambas naciones y su rivalidad ha afectado, sin lugar a dudas, a que la escasez de chips se haya convertido en una crisis a nivel mundial.

Las consecuencias de la crisis de microchips

  • Grandes parones en la industria

A causa de este desequilibrio en el mercado de microprocesadores, algunas empresas se han visto prácticamente forzadas a parar su producción. Algunas naves industriales incluso han tenido que cerrar, y decenas de miles de productos se han quedado «atrapados», a la expectativa de poder salir a la venta en cuanto se recupere la situación.

Incluso compañías millonarias y de gran recorrido como Ford, Tesla o BMW han reportado tener grandes dificultades para la readquisición de provisiones, y estar teniendo grandes pérdidas. De hecho, según Interesting Engineering, se calcula que la industria automovilística producirá cuatro millones de vehículos menos de los que produciría en condiciones normales.

Pero no sólo es la industria de automóviles la que se ha visto afectada, sino que también ha causado estragos en la producción de ordenadores, teléfonos móviles, etc. Muchas compañías de electrónica necesitan microprocesadores para prácticamente la totalidad de su catálogo de productos.

  • Dificultades para comprar ciertos productos

No sólo las empresas están sufriendo esta crisis, sino que la parte demandante (los usuarios finales), también están sufriendo las subidas de precio desorbitadas y la escasez que esta situación está suponiendo.

En algunos conocidos sitios web de compra online, consolas como la PlayStation o la Xbox se están vendiendo por precios entre un 50% y un 100% más altos de lo que deberían. Lo mismo con las tarjetas gráficas más potentes, que están anunciadas en tienda online por precios totalmente fuera de escala.

Los expertos consideran que esta crisis no se resolverá en el corto plazo, por lo que quizá todos estos clientes expectantes tendrán que seguir esperando hasta incluso el año 2023. La demanda está más candente que nunca, y la oferta no es capaz de cubrirla.

¿Soluciones?

Proponer una solución para toda una crisis de mercado no es sencillo, ya que la evolución de la situación es multifactorial y ni siquiera los expertos pueden vaticinar un futuro claro.

Lo que sí sabemos es que las compañías han de adaptarse a las circunstancias e intentar seguir manteniendo sus ventas y producción. Quizá eso pase por contratar a más empleados o utilizar mejor sus medios. Tesla, por ejemplo, ha decidido reescribir el código de sus propios vehículos para poder utilizar provisiones alternativas y así sobrevivir a la escasez. Otras todavía no han empezado a mover sus piezas, pero tendrán que hacerlo si quieren sobreponerse a la situación.

Mientras tanto, lo único que pueden hacer los usuarios es armarse de paciencia y esperar a que sus productos favoritos vuelvan a salir a la venta.


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